Hola a todos, ¿qué tal lleváis la semana? Para mi, ha sido una de las más intensas, mucho coche, mucho metro, muchos cursos y ¡hoy toca guardia por la noche!
Hoy nos centraremos en uno de los problemas más comunes en
cuanto a pigmentación, el melasma o cloasma, que se caracteriza por ser
hiperpigmantaciones localizadas en una o varias zonas de la cara, y que si no
reciben un cuidado adecuado, pueden causar importantes problemas de autoestima
en el paciente por el problema estético que les supone.
Antes de abordar los tratamiento más eficaces para
tratarlas, entendamos porqué se producen.
¿Cómo se forman las manchas?
Nuestro cuerpo sintetiza de forma habitual una sustancia
denominada melanina, sustancia capaz de dar color a nuestra piel o cabello, y
cuya función principal es la de proteger el ADN de las células de nuestra piel.
Esta melanina, será sintetizada por los melanocitos, y posteriormente migrará a
los queratinocitos donde ejercerá su acción protectora del ADN.
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Imagen del producto Spot Prevent de laboratorios ISDIN |
Es lógico entonces pensar que, la síntesis melanina, es un
sistema de defensa de nuestro cuerpo para protegernos de ciertas enfermedades
dermatológicas, pero no lo es cuando falla el mecanismo de síntesis y esta se
sintetiza de forma exagerada provocando la mancha.
Cuando nos sale una mancha muchos son los factores que
interfieren, aumenta el número de melanocitos (aumenta el número de células que
sintetizan melanina), aumenta por consiguiente la cantidad de melanina (lo que
provoca un aumento de la coloración) y disminuye la velocidad de degradación de
la melanina (la piel exfolia con menos frecuencia y la melanina tarda más en
eliminarse). Es por lo que se hace imprescindible atacar desde distintas vías
para obtener efectividad con el tratamiento despigmentante.
¿Cómo y cuándo puedo
empezar a tratar la mancha?
Lo primero que tenemos que dejar claro es que nuestra
primera línea de defensa será la prevención de la aparición de la mancha. Como
ya hemos comentado antes, no sólo influyen factores genéticos, si no que la
toma de anticonceptivos, el embarazo y la exposición solar (radiación UV) está
más que ligada con la aparición de la mancha.
Y muchas pensaréis “Yo tomo anticonceptivos o estoy
embarazada y no tengo manchas en la piel” o “este año me he puesto protección
solar y me ha salido la mancha” o “yo sólo me pongo protección solar en la
playa”. Pues bien, debemos aclarar que la mancha es la melanina acumulada desde
hace años en nuestra piel, la mancha no tiene por qué salirnos ahora, pero
tenemos altas posibilidades de que esta aparezca en nuestra piel en un futuro.
Esto es debido a que se va creando en las capas profundas y hasta que la piel
no se va renovando y exfoliando de forma diaria, no sale a flote y no la vemos.
No olvidemos que todos los factores son acumulativos, especialmente los rayos
solares recibidos a lo largo de nuestra vida, y aunque nos pongamos ahora
protección solar a diario ¿antes lo hacías?, si tu respuesta es no, no estás
exenta de padecer hiperpigmentaciones.
¿Cómo puedo prevenirlas?
Lo mejor es utilizar una protección diaria duradera con un
factor de protección solar alto (no menos de un 30), especialmente si presentas
factores de riesgo tales como tomar anticonceptivos, estar embarazada o que tu
piel pigmenta con facilidad (te pones morena rápidamente).
Ya tengo una mancha, ¿Qué debo hacer?
Siempre y ante cualquier aparición extraña en nuestra piel
debemos consultar con un especialista sanitario para que valore y confirme que
se trata de una hiperpigmentación tipo melasma o cloasma y que no nos
encontramos ante ningún otro problema de salud. Una vez que tenemos un
diagnóstico bueno, procederemos a atacar la mancha.
Los tratamientos de primera línea son aquellos llamados
“queratolíticos”, sustancias que hacen que la piel se renueve más rápido para
eliminar las células coloreadas, y con esta exfoliación ir aclarando la mancha
poco a poco. Entre los ingredientes más usados se encuentran el ácido glicólico
o mandélico o incluso el retinol a altas concentraciones. El problema es que
estos tratamientos pueden provocar sensibilidad en el paciente, por lo que se
hace imprescindible el seguimiento de un médico o farmacéutico y que se
apliquen únicamente por la noche, acompañado siempre de protección solar a la
mañana siguiente. Es imprescindible que este tipo de “peelings químicos” se
realicen a partir de octubre y no durante el verano, ya que estos tratamientos
hacen que la piel sea más fina y hay más facilidad de que penetren los rayos
solares.
Por otro lado, es mucho mejor atacar a la mancha desde
varios frentes. Potenciaremos muy bien el tratamiento, si antes de nuestra
protección solar diaria utilizamos un producto que actúe como antioxidante y
reparador del daño celular. Entre ellos destaca por su actividad el ácido
ferúlico, la vitamina C o el Azafrán blanco y el Lirio estrellado para las más
naturalistas. Por lo general, estos tratamientos suelen realizarse durante todo
el año.
En resumen, lo mejor es la prevención con filtro solar
(mínimo spf 30), que deberemos utilizarlo a diario por las mañanas, después de
nuestro tratamiento específico (de ácido ferúlico o vitamina C entre otros) y
por la noche, realizaremos un tratamiento más intensivo tipo “peeling” donde
descamaremos esas células responsables de la mancha.
Un abrazo fuerte a todos,
Olga Orantes. Farmacéutica Colegiado 21.209.
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